sábado, 8 de octubre de 2011

DESCUBRIMIENTO DE AMERICA

Descubrimiento de América
La expresión Descubrimiento de América se usa habitualmente para referirse a la llegada a América de un grupo expedicionario español que, representando a los Reyes Católicos, partió desde el Puerto de Palos de la Frontera, comandado por Cristóbal Colón, y llegó el viernes 12 de octubre de 1492 a una isla llamada Guanahani. Los viajes de los portugueses a India siguiendo la costa Africana significaron un estímulo para otros navegantes europeos que creían que era posible llegar a las regiones del Asia oriental navegando hacia el oeste. Cristóbal Colón fue partidario de esta hipótesis. Apoyado por la monarquía española, organizó un viaje de exploración que lo condujo a la costa americana en 1492. Cristóbal Colón creía que había llegado al continente asiático, denominado por los europeos Indias y murió sin saber que había llegado a un continente desconocido por los europeos.
La expresión "descubrimiento de América" para referirse a la llegada de Colón al continente americano ha sido criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a un amplio y apasionado debate. En este artículo se adopta como significado del término, todos los viajes realizados por Colón a América, el encuentro de los españoles con las culturas americanas que habitaban esas tierras, así como las relaciones y conflictos inmediatos entre indígenas y españoles que ese encuentro produjo.
Se trata de uno de los momentos cumbres de la historia universal porque significó el encuentro de dos mundos humanos que se habían desarrollado independientemente, sin que uno conociera la existencia del otro.[1]
En el artículo se distingue claramente el acto mismo del descubrimiento, entendido como una serie de viajes que hicieron los primeros españoles que llegaron a América y su dimensión de encuentro entre culturas, del posterior proceso histórico conocido como conquista de América que los europeos realizaron a continuación. Las consecuencias de este encuentro entre dos mundos fueron dramáticas para los nativos americanos, llegando a producirse la muerte de millones de personas (guerras, esclavitud y, sobre todo, enfermedades) y la desaparición de culturas.
Los viajes de Colón
Cristóbal Colón, en representación de los Reyes Católicos de Aragón y Castilla, realizó cuatro famosos viajes desde Europa a América en 1492, 1493, 1498 y 1502. En el primero de ellos llegó a América el 12 de octubre de 1492, a una isla de las Bahamas llamada Guanahani, cuya exacta localización aún se discute. En el tercer viaje llegó a territorio continental en la actual Venezuela.
A partir del tercer viaje de Colón, descubrimientos y conquista progresaron conjuntamente. Durante los veinte años que separan 1499 de 1519, cuando empieza la empresa magallánica, tuvieron lugar los llamados «viajes menores o andaluces», capitulados por la corona con otros nautas quebrando el discutido monopolio colombino. En el primero de estos participó Américo Vespucio a quien se ha atribuido ser el primer europeo en proponer que las tierras a las que Colón había llegado no eran en realidad parte de Asia, sino de un continente desconocido para los europeos.
Primer viaje
Los Reyes Católicos, particularmente la reina Isabel I, deciden ayudar a Colón en su proyecto de llegar a Asia por Occidente. El 13 de abril de 1492, Cristóbal Colón firma con los reyes las llamadas Capitulaciones de Santa Fe, documentos por los cuales se autoriza y financia la expedición de Cristóbal Colón a las Indias por el mar hacia occidente. Además se le conceden a Colón una serie de prebendas y títulos, entre ellos: Almirante, Gobernante, Virrey y 10% de las riquezas. También se firman varias provisiones y cédulas para que ayuden a Colón en aquellas villas y puertos de mar a las que se dirija Colón. Una provisión es dirigida a la villa de Palos por una sanción impuesta a algunos de los vecinos de esta villa.
El 23 de mayo de 1492, a las puertas de la Iglesia de San Jorge de Palos, en presencia de Cristóbal Colón, fray Juan Pérez y las autoridades locales, se da lectura a la Real Provisión, firmada por los Reyes Católicos, en la que se ordenaba a ciertos vecinos de la villa palerma poner a disposición de Colón dos carabelas totalmente armadas y aparejadas.
pero la marinería de la zona, que no era obligada por la real provisión, no estaba dispuesta a formar parte de la expedición con un desconocido, como lo era Colón para aquellos hombres. Independientemente de la mayor o menor credibilidad de las ideas colombinas, los hombres de Palos nunca secundarían al genovés a no ser que le acompañara algún navegante respetado en la villa. Con la oposición de los vecinos y de los marineros, Colón recurre a una de las provisiones expedidas por los monarcas en la que se le concede permiso para reclutar marineros entre los encarcelados, aunque finalmente esto no será necesario.
Así mismo hizo uso de otra real provisión, dirigida a las villas de las costas andaluzas:
y embargó dos barcos en Moguer, en presencia del escribano moguereño Alonso Pardo y por medio de una comisión dirigida a la villa de Moguer para que cumplieran dicha provisión,[3] embarcaciones que más tarde fueron desechadas. Pero seguía sin conseguir enrolar a la tripulación necesaria para la empresa.
En estas circunstancias, y gracias a la ayuda de los franciscanos del monasterio de La Rábida y a Pero Vázquez de la Frontera, viejo y respetado marino de la zona, Colón conoce a Martín Alonso Pinzón,[4] rico armador y líder natural de la zona gracias a sus muchas navegaciones tanto por el atlántico como por el mediterráneo, y por los que había amasado fortuna y fama. Además de los ánimos y la influencia de estas amistades, al mayor de los hermanos Pinzón le habría convencido también la propuesta que, según el testimonio de Alonso Gallego en los Pleitos colombinos, Colón le hizo a Martín Alonso :
"Señor Martín Alonso Pinçón, vamos a este viage que, si salimos con él y Dios nos descubre tierras, yo os prometo por la Corona Real de partir con vos como un hermano".
Sea como fuere Martín Alonso desde aquel momento comienza una enérgica campaña en favor de la empresa. Desecha las naves que había confiscado Colón en Moguer contratando otras nuevas,[5] [6] la Pinta y la Niña, ya que sabía que eran muy veleras y "aptas para el oficio de navegar" porque las tenía arrendadas,[7] y aporta de su hacienda personal, medio millón de maravedís, la tercera parte de los gastos en metálico de la empresa.[8] [9] Convence a sus hermanos Francisco y Vicente, además de a los hermanos Niño, destacada familia marinera de Moguer, con los cuales se consigue animar y enrolar a toda la marinería necesaria para la empresa, hombres de Palos, del vecino Moguer, de Huelva, del resto de la comarca[5] e incluso de fuera de Andalucía. Marinería que ahora sí se arriesgaba a aquella navegación, ya que el hecho de que Martín Alonso Pinzón, con sus hermanos y con los Niño, estuvieran a la cabeza de dicha armada era una garantía para los hombres de la zona del Tinto-Odiel.[10] [11]
Primer Viaje
Ultimados los preparativos la expedición parte del puerto de Palos de la Frontera, el 3 de agosto de 1492. La escuadra colombina estaba formada por las carabelas Pinta, Niña y la nao Santa María. La Pinta y la Niña fueron elegidas por los hermanos Pinzón y costeadas por el concejo de Palos, en cumplimiento de la anteriormente citada real provisión. La tripulación estaba formada por unos 90 hombres aproximadamente.
La expedición se dirigió hacia las Canarias, donde Colón visitó a Beatriz de Bobadilla y Ossorio, gobernadora de La Gomera, y además en Gran Canaria se hicieron reparaciones en la Pinta en el timón y en las velas. Finalizadas las reparaciones, desde la isla de Gomera continuaron su travesía por el Atlántico el 6 de septiembre.[12]
La llegada a América
El viaje no resultó fácil para nadie de hecho hubo conatos de amotinamiento, pero gracias a la presencia y las dotes de mando de Martín Alonso Pinzón se consiguieron resolver estas situaciones. Cuando ya se habían agotado todos los cálculos y previsiones realizadas por Colón, se oyó desde la Pinta el famoso grito de Rodrigo de Triana «¡Tierra a la vista!», dos horas después de la medianoche del 12 de octubre.
El resumen del Diario de Colón cuenta del siguiente modo el momento de la llegada a Guanahani:
Jueves 11 de octubre:... A las dos horas después de media noche pareció la tierra de la cual estarían dos leguas amainaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní. Luego vinieron gente desnuda, y el Almirante salió a tierra en la barca armada, y Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, su hermano, que era capitán de la Niña. Sacó el Almirante la bandera real y los capitanes con dos banderas de la Cruz Verde, que llevaba el Almirante en todos los navíos por seña, con una F y una Y: encima de cada letra su corona, una de un cabo de la cruz y otra de otro. Puestos en tierra vieron árboles muy verdes y aguas muchas y frutas de diversas maneras. El Almirante llamó a los dos capitanes y a los demás que saltaron en tierra, y a Rodrigo de Escobedo, escribano de toda la armada, y a Rodrigo Sánchez de Segovia, y dijo que le diesen por fe y testimonio cómo él por ante todos tomaba, como de hecho tomó, posesión de la dicha isla por el Rey y por la Reina sus señores, haciendo las protestaciones que se requerían, como más largo se contiene en los testimonios que allí se hicieron por escrito. Luego se ajuntó allí mucha gente de la isla.
La isla estaba habitada por el pueblo Lucayo o Taíno. El texto arriba citado, señala la primera oportunidad en la que los europeos utilizaron el término "indios" para denominar generalizadamente a los pobladores de América, palabra que deriva del error que cometieron al pensar que la isla Guanahani se encontraba en la zona oriental del continente asiático, que los europeos de entonces confundían con India. En el diario de a bordo, Colón deja escrita su primera impresión sobre los nativos que hallaron:
Jueves 11 de octubre:... Esto que se sigue son palabras formales del Almirante, en su libro de su primera navegación y descubrimiento de estas Indias. «Yo -dice él-, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde nos estábamos, nadando, y nos traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otras cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y daban de aquello que tenían de buena voluntad. Mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andan todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vi más de una harto moza. Y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de treinta años: muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras: los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballo, y cortos: los cabellos traen por encima de las cejas, salvo unos pocos detrás que traen largos, que jamás cortan. De ellos se pintan de prieto, y ellos son de la color de los canarios ni negros ni blancos, y de ellos se pintan de blanco, y de ellos de colorado, y de ellos de lo que hallan, y de ellos se pintan las caras, y de ellos todo el cuerpo, y de ellos solos los ojos, y de ellos sólo el nariz. Ellos no traen armas ni las conocen, porque les mostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algún hierro: sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas de ellas tienen al cabo un diente de pez, y otras de otras cosas.
Los taínos habían organizado una sociedad agraria, relativamente avanzada, basada en el cultivo del maíz, la mandioca y el algodón, incluyendo otros importantes cultivos como el maní (cacahuete), la pimienta, la piña, la batata y el tabaco. El propio Colón relata en su diario que cultivaban calabazas y algodón y que poseían casas y "huertas de árboles".[13]
Taínos y españoles intercambiaron productos pacíficamente, pero aquellos no tenían posesiones de oro, principal producto que buscaban los españoles. Al día siguiente el Diario comentaba:
Sábado 13 de octubre:... Yo estaba atento y trabajaba de saber si avía oro y vide que algunos de ellos traían un pedaçuelo colgado en un agujero que tienen en la nariz. Y por señas pude entender que yendo al Sur o Bolviendo la isla por el Sur, que estaba allí un rey que tenía grandes vasos de ello, y tenía muy mucho.
Sin embargo, a pesar de la buena relación entre taínos y españoles, Colón ya pensaba en Guanahani, en la posibilidad de esclavizarlos:
Domingo 14 de octubre:... puédenlos todos llevar a Castilla o tenellos en la misma isla captivos, porque con cincuenta hombres los ternán a todos sojuzgados y los harán hazer lo que quisieren.
Arribaron después a la isla de Cuba, bautizada con el nombre de Juana, y posteriormente a La Española. El 25 de diciembre encalló la carabela Santa María y con sus restos mandó construir un fuerte llamado Navidad, en el que dejó una pequeña guarnición.
En su primer viaje Colón capturó varios indígenas que fueron llevados cautivos a España, donde los reyes católicos ordenarían primero venderlos como esclavos y luego liberarlos.[14] El 16 de enero de 1493, con las dos naves restantes, la Pinta y la Niña, emprendieron el viaje de retorno. Durante la travesía las dos naves se separaron por culpa de una fuerte tempestad, en la que los tripulantes de la Niña al verse a punto de naufragar, realizaron el denominado voto colombino. Finalmente Colón, con la Niña, consigue arribar a duras penas en Lisboa, Martín Alonso Pinzón hace lo propio en el puerto de Bayona. Las naves, por fin, llegaron a Palos el 15 de marzo con pocas horas de diferencia, y Colón marchó a Barcelona para informar a los reyes de su descubrimiento, mientras que Martín Alonso Pinzón falleció a los pocos días del regreso, siendo enterrado seguramente en el monasterio de La Rábida según era su voluntad.
Segundo viaje
La segunda expedición salió de Cádiz el 24 de septiembre de 1493. Este viaje tenía como finalidad asentar la presencia española en los territorios descubiertos y encontrar el camino hacia India y Catay. La primera isla a que arribó fue La Deseada (3 de noviembre); después descubrió Puerto Rico y llegó a La Española, donde encontró destruido el Fuerte de La Navidad por una ofensiva de Caonabo. En la misma isla fundó la ciudad de la Isabela (6 de enero de 1494). Continuó su viaje de exploración y recorrido las costas de Juana (Cuba) y Santiago (Jamaica). A fines de 1494 o principios de 1495 se dirigió hacia el sur.
Los escritos de este viaje registran algunas situaciones de violencia sexual contra mujeres indígenas, como la que relata uno de los hombres de su tripulación.[15]
Tras este viaje se dedicó a consolidar el dominio sobre La Española. En 1496 regresó a España, llegando a Cádiz el 11 de junio.
Tercer viaje
El tercer viaje comenzó el 30 de mayo de 1498. Colón partió de Sanlúcar de Barrameda y llegó a la isla de Trinidad a finales del mes de julio. Del 4 al 12 de agosto visitó el golfo de Paria, en la desembocadura del río Orinoco.
Denominó a toda esta región Tierra de Gracias, por la amabilidad de los indígenas. Supuso que había llegado a un continente por la gran cantidad de agua dulce. Así, por primera vez, se llegaba a Tierra Firme.
Posteriormente recorre y explora las tres islas del actual estado de Nueva Esparta, la isla principal la llamó Asunción, las otras son las actuales Cubagua y Coche. Posteriormente Cristóbal de la Guerra, le cambió el nombre a la Asunción por el de Margarita por la gran cantidad de perlas que había.
Finalmente arribó a La Española. En esta isla los españoles se habían sublevado por la falta de riquezas que supuestamente encontrarían. En una de las negociaciones, Colón propuso a un grupo de españoles el regreso a Cubagua para el tráfico de perlas. Se fundó un asentamiento perlífero y más tarde, en 1528, de este asentamiento nació la primera ciudad fundada por españoles en continente americano, Nueva Cádiz.[16]
A la llegada del administrador real, Francisco de Bobadilla, Colón fue arrestado. Al llegar a España, en 25 de noviembre de 1500, fue puesto en libertad, pero perdió su prestigio y sus poderes.
Cuarto viaje
Pese a los problemas por la pérdida de sus poderes, inició el viaje, aunque con una serie de prohibiciones, como la de tocar tierra en La Española. El objetivo de este viaje fue encontrar un estrecho (el Estrecho de Malaca) que le permitiera llegar a las Indias, al oeste de las Antillas, ya que se veía que éstas no lo eran aunque no podían quedar muy lejos de las tierras por él descubiertas. Salió del puerto de Cádiz con dos carabelas y dos navíos (La Capitana, La Gallega, La Vizcaína y el Santiago de Palos) el día 11 de Mayo. Pasando por Canarias, llegó a las Indias en 30 días.[17]
Por los problemas surgidos en La Española, Nicolás de Ovando, nuevo gobernador de la colonia, no permitió que Colón desembarcase a pesar de una inminente tempestad y que cambiase uno de sus buques por otro de mejores condiciones. Colón capeó como pudo el temporal y pasó a Jamaica, aunque la tormenta no le dejó hasta el 12 de septiembre, 88 días de tormenta.
Siguiendo al oeste, descubriendo la isla de Guanaja, en la costa de Honduras, encontró una embarcación con mercaderes mayas que le ofrecieron cacao. En la Punta Cajina (hoy Punta Trujillo) los tripulantes bajaron a tierra para asistir a la primera misa católica celebrada en la tierra firme de América; siguiendo al este los sorprendió un huracán, durante varias semanas las 4 naves fueron sacudidas por la tormenta y el 12 de septiembre doblaron un cabo. Allí se calmó la tormenta y Colón lo bautizó como Cabo Gracias a Dios (en la costa de Nicaragua) por decir "Gracias a Dios que al fin salimos de esas honduras" y de allí navegó hacia el sur.[18]
Varios viajes siguieron a estas expediciones. Hoy se conocen como los Viajes Menores, los cuales permitieron reconocer la existencia del continente Americano y explorar toda la costa de Venezuela.
Los viajes menores o andaluces
En 1499 la Corona decide poner fin al monopolio que tenía Colón sobre las navegaciones a las Indias y abre el negocio a otros navegantes y empresarios. Esto da lugar a la realización de una serie de expediciones que los historiadores han denominado viajes menores, viajes de reconocimiento y rescate o también viajes andaluces, ya que todos se organizaron y partieron desde Andalucía y los que participaron en ellos residían mayoritariamente en esa región de España.[19]
Muchos marinos como Pedro Alonso Niño, descubridor de las costas de Paria (Venezuela), Andrés Niño, descubridor de las costas centroamericanas, Bartolomé Ruiz, descubridor y navegante del Pacífico que integró como piloto, la famosa expedición de Pizarro de los Trece de la Fama; fray Antonio de Olivares, fundador de la ciudad de San Antonio de Texas, Alonso Vélez de Mendoza, repoblador de la isla de Santo Domingo, Diego García de Moguer que tomó parte en el primer viaje alrededor del mundo junto a Magallanes, Juan Ladrillero, considerado el otro descubridor del Estrecho de Magallanes, Vicente Yáñez Pinzón, descubridor del Brasil[20] ,[21] Juan Rodríguez Mafra que participó como piloto de la Nao San Antonio en el viaje de la primera vuelta al mundo.[22]
Consecuencias
La llegada de Cristóbal Colón a América está considerada como uno de los hechos más importantes de la historia universal por las consecuencias que tuvo y debe relacionarse con el primer viaje alrededor del mundo realizado por la tripulación de Fernando de Magallanes pocos años después, que abrió paso a la conquista del mundo por parte de Europa.
Consecuencias a largo plazo
La llegada de Cristóbal Colón supuso el comienzo de la conquista de América, cuya primera campaña fue la de Cuba por Velázquez, a la que siguió la del Imperio Mexica por Cortés, la del Inca por Pizarro, etc, hasta su finalización definitiva tras los decretos de Felipe II de abolición de la conquista. A partir de aquí comenzará la llamada colonización de América, abierta por holandeses, franceses, etc, cuya diferencia radica en el hecho de no establecerse por campañas, sino por factorías de interés comercial (contrario a la Monarquía Hispánica, con deseos de crear otras Españas en todos los sentidos, tanto jurídicamente, administrativamente, etc.)
El contagio de las enfermedades que los europeos llevaron consigo (viruela, tifus, fiebre amarilla, etc.) produjo un colapso de la población americana que produjo un gran impacto en la mortandad. Igualmente vinieron enfermedades de las Américas como la en su día temida Sífilis (que diezmo la población europea desde las posesiones españolas en Italia en 1494).
Los idiomas posteriores que se impusieron obligatoriamente fueron el idioma español y portugués en sus respectivas zonas de influencia y la religión católica paso a ser oficial; se generó una población con altos niveles de mestizaje genético y cultural entre pueblos originarios, africanos subsaharianos, y los europeos.
La principal riqueza generada por los territorios españoles y colonias portuguesas en América fue la extracción del oro y la plata. "En los primeros 150 años de conquista, 17 mil toneladas de plata y unos 200 toneladas de oro arribaron a España".[23]
Otra importante consecuencia de la llegada de los europeos a América, fue la difusión mundial de los alimentos que habían sido desarrollados por las culturas americanas y que hoy se estima constituyen el 75% de los alimentos consumidos por la Humanidad, entre ellos el maíz, la batata, la calabaza, el tomate, el chocolate, el cacahuate o maní, la vainilla, los ajíes, la palta o aguacate, todos estos originarios de Mesoamérica, con justa razón nombrado por los conquistadores "El cuerno de la abundancia", y la papa (o patata como se denomina en España) originaria de los pueblos nativos de los Andes. Otros productos importantes desarrollados en América son la goma, el tabaco, etc.[24]
Por otro lado, los españoles primero y los europeos después llevaran consigo a América animales tan útiles como los caballos, los burros, los asnos y demás ganado como las vacas castellanas, los bueyes, las ovejas y animales de granja como los cerdos, las gallinas / gallos, los conejos... Así como ciertos árboles frutales, la cebada, la avena, el centeno y el trigo de la Península Ibérica y la caña de azúcar de la islas Canarias o Madeira, que tanto éxito tuvo en el Caribe o el mismísimo café de las colonias portuguesas en África.[25]
La llegada de Colón a América causó también una gran expansión de la navegación y el comercio entre pueblos que se volvió mundial.
Los colonos ingleses en América terminaron organizando a partir de 1776 un nuevo tipo de sociedad a partir de conceptos novedosos como independencia, constitución, federalismo y dieron origen a los Estados Unidos que, en el siglo XX, reemplazaría a Gran Bretaña como potencia mundial dominante.
“No todo fue horror: sobre las ruinas del mundo precolombino los españoles y los portugueses levantaron una construcción histórica grandiosa que, en sus grandes trazos, todavía está en pie. Unieron a muchos pueblos que hablaban lenguas diferentes, adoraban dioses distintos, guerreaban entre ellos o se desconocían. Los unieron a través de leyes e instituciones jurídicas y políticas pero, sobre todo, por la lengua, la cultura y la religión. Sí las pérdidas fueron enormes, las ganancias han sido inmensas.
Para juzgar con equidad la obra de los españoles en México hay que subrayar que sin ellos –quiero decir: sin la religión católica y la cultura que implantaron en nuestro país- no seríamos lo que somos. Seríamos, probablemente, un conjunto de pueblos divididos por creencias, lenguas y culturas distintas.”[26]
El debate terminológico
La expresión "descubrimiento de América" para referirse a la llegada de Colón al continente americano ha sido criticada por diversos sectores, culturas y estudiosos, dando lugar a un amplio y apasionado debate. Este debate, ha estado íntimamente vinculado al uso de los términos "Día de la Raza", "Día de la Hispanidad", "Día de la resistencia indígena" y otros creados para referirse al mismo suceso. El debate se generalizó en 1992, en ocasión del V centenario de la llegada de Colón a América.
El filósofo argentino Santiago Kovadloff dijo a este respecto:
Se aproxima un nuevo 12 de octubre y aún perduran los ecos de la polémica desatada en 1992. Al cumplirse los quinientos años de la llegada de los españoles a América estalló la discusión, hasta allí quizá menos estridente pero no menos apasionada. ¿Cómo debía designarse lo sucedido? ¿Descubrimiento? ¿Encuentro de culturas? ¿Usurpación? ¿Conquista? Una gama de posibilidades e imposibilidades interpretativas se viene desplegando con fervor desde entonces hasta hoy. El desacuerdo alentó confrontaciones interminables. Si la trascendencia del acontecimiento evocado resulta indiscutible, su caracterización, por uno u otro motivo insatisfactoria, prueba la dificultad para generar consenso donde tanta falta hace. Después de todo, si cabe a los nombres, como enseña Aristóteles, enunciar las propiedades de las cosas, la desorientación para lograr convergencias en esta materia evidencia que, aún ahora, aquellos a quienes la cuestión compete siguen hablando de cosas distintas.[27]
En el debate terminológico sobre la manera de denominar el acontecimiento sucedido el 12 de octubre de 1492 se han desarrollado diversas posiciones, a la vez que se han expresado diversos alcances para cada término:
  • Postura tradicional: tradicionalmente, desde fines del siglo XVI, primero en la cultura occidental y luego en todo el mundo, se ha utilizado el término "descubrimiento de América", para referirse exclusivamente al acto realizado por Colón el 12 de octubre de 1492, al llegar a la Isla Guanahani conduciendo una expedición española embarcada en las famosas tres carabelas. La postura tradicional tiene su origen en el "mito del piloto original" ya presente en los testimonios del padre Bartolomé de las Casas, luego modificado por Fernando Colón en la biografía de su padre, "Vida del almirante" publicada en 1571 (ver O'Gorman).
    • Postura tradicional ampliada: sin abandonar la postura tradicional hay sectores que discuten el alcance original, y sostienen que el término debe extenderse a todos los viajes de Colón a América. Esta postura entiende el término "Descubrimiento de América" no como un acto sino como una etapa, la primera de la expansión colonial de Europa, sucedida luego por otras dos etapas: la conquista y la colonización. Algunos incluyen también en esta etapa otros viajes europeos de llegada a diversas zonas de América (primera llegada al Pacífico, Norteamérica, etc.)
    • Postura tradicional modificada: esta postura sostiene que es incorrecto aplicar el término "descubrimiento de América" a ninguno de los actos realizados por Colón y sus hombres, y que dicha denominación debe reservarse al momento que el primer europeo "descubrió" que Colón había llegado a tierras desconocidas hasta entonces para las culturas europeas, africanas, asiáticas y polinésicas del siglo XV. Este momento también se encuentra discutido, pero existe cierto consenso en atribuírselo al italiano Américo Vespucio. Esta postura es la que se aplicó cuando los europeos denominaron "América" a ese continente.
  • Postura cronológica: Esta postura sostiene que el término "descubrimiento", a secas, o "primer descubrimiento", debe ser reservado para el primer ser humano en realizarlo, y en el caso en debate, para los primeros seres humanos en poblar el continente americano. Esta postura es utilizada por algunos arqueólogos, antropólogos e historiadores, como por ejemplo William Dancey[28] (Ohio State University). Finalmente esta postura admitiría denominaciones sucesivas como "primer descubrimiento", "segundo descubrimiento", "tercer descubrimiento", "cuarto descubrimiento", de América, para referirse a las llegadas de los primeros seres humanos, y luego de los inuit, vikingos/europeos y españoles/europeos, respectivamente.
    • Postura cronológica modificada europea vikinga: esta postura rechaza la aplicación del término "descubrimiento de América" para la llegada de Colón, porque sostiene que los primeros europeos en llegar a América fueron los vikingos, debiendo aplicarse el término a la llegada a América de Leif Eriksson en 985 (ca.).
    • Postura cronológica modificada europea moderna: esta postura sostiene que hubo otros europeos modernos que descubrieron América antes de la llegada de Colón, como la hipótesis de Alonso Sánchez de Huelva.
    • Postura cronológica modificada no europea: esta postura sostiene que antes que ningún pueblo europeo hubo otros pueblos no europeos en llegar a América luego de los siberianos e inuit. Los casos varían entre chinos, polinésicos, fenicios, egipcios, mandingos, marroquís etc.
  • Postura etnológica: Esta postura sostiene que puede considerarse "descubrimiento" al realizado por cada cultura o etnia en condiciones de aislamiento. De este modo tanto la llegada original de los siberianos a América (y eventualmente de otras etnias), como las posteriores de los inuit, los vikingos y los españoles, significaron un "descubrimiento" para cada una de esas etnias o culturas. En este caso, algunos estudiosos proponen adicionar al término "descubrimiento" la etnia o cultura para la que es significativa, hablando de "descubrimiento de América por los vikingos" o "descubrimiento de América por los europeos medievales", etc.[29] Un ejemplo de esta postura es el libro The American Discovery of Europe (El descubrimiento americano de Europa), de Jack D. Forbes, 2006. Esta postura abrió camino también al concepto de "Descubrimiento de Europa" por parte de las culturas indígenas, cuya existencia también desconocían, concepto que utilizan algunos historiadores como Daniel Richter (Universidad de Pensilvania, en Native American Discoveries of Europe) o el Estado de Chile que denomina al 12 de octubre como Día del Descubrimiento de Dos Mundos.
  • Postura pluralista: Esta postura acepta que para diversos grupos sociales, étnicos, lingüísticos y culturales, el término "descubrimiento de América" tiene múltiples acepciones, sin tomar partido por ninguna.
  • Postura indígenista/anticolonialista: Los pueblos indígenas americanos han tendido a cuestionar el término "descubrimiento de América" por considerarla una denominación eurocéntrica, que ignora la presencia de sus antepasados en América al momento de la llegada de los españoles, dando prioridad a la idea de América como "tierras" antes que como pueblos, con el fin de legitimar culturalmente la posterior dominación y colonización de la que fueron objeto. Con esta postura coinciden los sectores opuestos al colonialismo y al neocolonialismo para quienes el término es una expresión de colonialismo cultural. En general han propuesto términos alternativos como "Invasión de América", o "Día de la Resistencia", entre otros.
  • Postura hispanista: esta postura rechaza como acto de "indigenismo" (en sentido peyorativo) y considera un ataque contra la Hispanidad, todo cuestionamiento al término "descubrimiento de América" que no signifique llegada de los españoles a América con Colón. Para esta postura el término y el hecho que expresa, está vinculado a la superioridad de la cultura hispana, occidental y cristiana, sobre las demás. La posición hispanista estuvo originalmente vinculada a la invención en 1915 del controvertido "Día de la Raza" como Día de la Hispanidad y de la Raza Española, para el 12 de octubre, aunque luego varios países atemperaron su significado para relacionarlo con una supuesta raza mestiza. Esta postura, con su significado más hispanista, fue difundida intensamente por algunas dictaduras latinoamericanas en los años 1970.
  • Postura conciliatoria: Esta postura propone "conciliar" las posturas indigenista/anticolonialista con la hispanista, sosteniendo que antes que poner el acento en la mayor o menor violencia que pudiera haber caracterizado la llegada de los españoles a América, lo que se debe destacar es el hecho del encuentro entre dos grupos de culturas humanas que habían vivido separados por milenios. Esta postura propone denominar "Encuentro de Dos Mundos" o "Encuentro de Dos Culturas", al hecho de la llegada de Colón a América.[30]
  • Posturas nacionales: En varios países han comenzado a aparecer posturas oficiales frente al 12 de octubre de 1492 y su denominación, en muchos casos rechazando o limitando la denominación "Descubrimiento de América". En Argentina, por ejemplo, para el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación) "la idea de descubrimiento y el elogio de la conquista española" es violatoria de la Convención sobre Eliminación de toda Forma de Discriminación Racial y constituye un acto de discriminación (Día de la Raza: el Inadi quiere eliminar el feriado nacional del 12 de octubre). Chile considera que el 12 de octubre de 1492 fue un “Día del descubrimiento de Dos Mundos”.
El descubrimiento cinco siglos después
Al igual que aconteció en 1892 con la Celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América, el año 1992 fue epicentro de la Celebración del V Centenario del Descubrimiento de América concentrando gran número de actos conmemorativos y debates sobre el significado y consecuencias del acontecimiento.
Se hizo un viaje artesanal repitiendo el primer viaje de Colón a América con réplicas de los navíos originales (la Pinta, la Niña y la Santa María) construidos en los astilleros de ribera españoles de Isla Cristina, Cartagena y Barcelona respectivamente, con métodos artesanales.
Se organizó la Exposición Universal de Sevilla, coincidiendo con la celebración de las Olimpiadas de Barcelona, y los Lugares colombinos protagonizaron actuaciones de restauración en sus principales monumentos, así como multitud de actos conmemorativos, rememorando la participación de Palos de la Frontera, Moguer y La Rábida en el viaje descubridor.

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